Adolescentes uruguayos en la Nasa

Adolescentes uruguayos en la Nasa

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Cinco estudiantes del liceo 4 de Maldonado fueron a la Nasa porque su diseño de un establecimiento en Marte quedó seleccionado en un concurso mundial que organiza la agencia estadounidense. No es la primera vez que adolescentes uruguayos llegan a la final y viven la experiencia de trabajar por tres días con ingenieros espaciales.

Publicado el: 20 de agosto de 2011 a las 11:42
Por: Clara Esmoris
Planeta Marte (AFP/Nasa)
Por quinta vez un liceo uruguayo queda entre los ocho mejores del mundo en el Space Settlement Design Competition, organizado por la Nasa. La competencia consiste en que los grupos –en este caso de cinco alumnos– deben diseñar un establecimiento espacial. Los uruguayos diseñaron uno para el planeta Marte, que podría albergar a 1.500 personas, costaría 970.000 millones de dólares y tardaría 13 años en construirse.
Una vez que quedan seleccionados, le sigue una competencia regional, y los ocho equipos que llegan a la final viajan a Dallas, Texas. Ahí la Nasa los divide en grupos que tienen tres días para diseñar un nuevo proyecto, cuyos requerimientos les son dados al llegar. A los uruguayos les tocó trabajar con estudiantes de Argentina, Australia, Canadá y Estados Unidos.
Federico Nocetti es uno de los uruguayos que viajó ya por cuarta vez y esta es su última, porque a fin de año termina el liceo. Tiene 18 años y está preparándose para conseguir una beca en alguna universidad estadounidense, para estudiar ingeniería aeroespacial. “Si fuera por mí, iría a Standford, California, pero es extremadamente cara y difícil de entrar. Si no, hay una en Texas que se llama SMU, que me gusta muchísimo también. Pero, por supuesto, en esto uno tiene que apuntar a lo que salga y aplicar a todo lo que se pueda”, contó a 180. De lo contrario, planea estudiar ingeniería de sistemas en la Universidad de la República.
Cuando trabajan en el proyecto en Uruguay, los adolescentes consultan a ingenieros de sistemas, ingenieros agrónomos, profesores de distintas áreas, y mucho en internet, cuenta Nocetti. “Después de cuatro años de trabajo, los conocimientos que precisamos ya los tenemos y el resto es imaginación”, dice. En la Nasa el asesoramiento es con los ingenieros del lugar, cuyo trato es excelente, contó el estudiante, “sobre todo este año, que ya estamos todos bastante maduros con el tema del inglés, pudimos comunicarnos perfectamente. Lo bueno que tiene, además, es que los ingenieros se arriman a trabajar como uno más, no vienen con una postura, sino a discutir como si uno estuviera en el mismo nivel que ellos”. Finalmente, el proyecto de los uruguayos quedó en tercer puesto.
Al formar un equipo de trabajo, el proyecto se hace en formato licitación. Deben armar un simulacro de compañía que tenga un presidente, vicepresidente, departamento de márketing, ingeniería, recursos humanos y directores de área, que pretende vender su proyecto a la Nasa. En Estados Unidos, los cargos son asignados por el CEO (chief excecutive officer, es decir, el director ejecutivo, que en este caso es un ingeniero de la Nasa) y Nocetti fue elegido presidente del equipo general.
Los liceales viajaron con el profesor Leonardo Tejera, profesor de Educación Física y tutor del proyecto. Tejera dijo a 180 que una vez que quedaron seleccionados, lo más difícil fue arreglárselas económicamente para viajar, ya que la Nasa paga la estadía y la comida por cuatro días, pero no los pasajes. Remarcó que este año tuvieron una buena esponsorización, y pudieron quedarse unos días extra (gracias a que se alojaron en una casa de familia). Una vez ahí, fueron a conocer universidades de Dallas y también recorrieron la ciudad, fueron al zoológico, a un parque de diversiones y otros lugares de interés cultural.
Nocetti dijo que cada viaje tuvo algo especial, aunque “el primero siempre es el primero”. En este viaje a todos les impresionó las conductas de los estadounidenses en medio de una recesión y de una gran sequía que se vive en la zona. “El Gobierno hizo un pedido para que los ciudadanos cuiden el agua, y todo el mundo lo hizo. Pero luego, por iniciativa propia, los ciudadanos de Dallas decidieron que iban a cuidar la luz también, entonces de un día para el otro, todos los barrios estaban apagados”, contó.
El estudiante explicó que la Nasa usa estos programas para tomar ideas y también es una forma de motivar a los jóvenes. “En general, no salen ideas que ellos no hayan pensado o no tengan proyectos armados, pero el tema es que muchas veces todavía no existe la tecnología para desarrollarlos”, señala. El proyecto que les tocó armar a ellos era sobre un establecimiento en Marte para el año 2065.
Destacó que el apoyo de las familias es crucial para lograr este tipo de emprendimientos. Su hermano menor también participó y viajó con el equipo. “Sin el apoyo de los padres uno no logra estas cosas, porque es un trabajo muy arduo. Desarrollar el proyecto nos lleva unos cuatro meses, todo el verano, y los padres te tienen que llevar traer, prepararte la comida, además de darte ánimo”, expresó.